Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid en 1989, obtuve el título de Psicólogo especialista en Psicología Clínica.

 

Formada en profundidad como Psicoterapeuta en el Modelo de Relaciones Objetales de la Escuela Inglesa, compaginé en los inicios de mi trayectoria profesional el ejercicio de la Práctica Clínica con una Beca de Investigación en la UCM, que me permitió, además de las labores de investigación y docencia, trabajar en varios hospitales infantiles públicos, así como, en un colegio público de la CAM. 

 

Finalizada la beca, continué con la actividad clínica en consulta privada, entrando a formar parte de la compañía médica del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, hoy MUSA y en la del Ilustre Colegio de Procuradores de Madrid, además, de colaborar estrechamente con los departamentos de salud laboral de grandes compañías. Soy miembro de Número de la Asociación Psicoanalítica de Madrid, AMPP. La práctica clínica ha sido una constante en mi desarrollo profesional hasta el día de hoy. 

 

La experiencia obtenida durante la beca me animó a extender al ámbito grupal mis intereses profesionales, con el fin de mejorar el bienestar y posibilitar el desarrollo de un mayor número de personas. La utilidad más allá de la clínica del modelo en el que me había formado, ya había sido llevado a la práctica en Inglaterra a nivel organizacional, en el Tavistock Institute of Human Relations.  Parte del malestar que afecta a los individuos deriva no sólo de sus circunstancias evolutivas particulares, sino, también, del funcionamiento de las organizaciones en las que éstos desarrollan su vida laboral. 

 

Por lo tanto, amplié mi formación en el ámbito organizacional con un Máster en el Modelo Tavistock: "Relaciones Individuales y Grupales en las Organizaciones", y comencé a trabajar, puntualmente, como freelance en este área, hasta llegar a formar una consultora especializada en el ramo. Soy miembro de la Asociación de Coaching Organizativo y Ejecutivo, AECOP.  

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Finalmente, el interés por la prevención de las dificultades,  me condujo de nuevo al ámbito educativo. En este ámbito se pueden, no sólo detectar y paliar las dificultades académicas, emocionales, familiares y sociales de los alumnos, sino prevenir, la aparición futura de las mismas. El desarrollo de la inteligencia emocional de los alumnos, el trabajo con los docentes para ayudarles a paliar las dificultades de aprendizaje,  la gestión emocional del aula, y la formación a los padres para dotarles de pautas educativas positivas que permitan que los niños se desarrollen con seguridad, integridad y confianza en si mismos, son aspectos fundamentales para ello.   En consecuencia, enriquecí mis conocimientos sobre psicología con los últimos avances en neurociencia aplicada a la educación y comencé a colaborar como Orientadora Escolar con un centro educativo de gran prestigio en Madrid.

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Las tres áreas de mi desarrollo profesional se han enriquecido y alimentado mutuamente, permitiéndome realizar mi trabajo teniendo en cuenta múltiples perspectivas.

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