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Consejos para padres preocupados con la vuelta al cole.
Hoy he decidido escribir sobre la vuelta al colegio porque sé que es un tema de gran preocupación para muchos padres.
He visto cómo en estos días las redes sociales ardían en comentarios sobre el tema. Muchos padres se manifestaban en contra de la vuelta al colegio e incluso algunos se planteaban no llevar a sus hijos en todo el curso.
Estoy absolutamente segura de que a estos padres les mueve la preocupación por la salud de sus hijos, pero creo que el temor les impide reparar en las consecuencias que una acción de este tipo puede tener.
La vuelta al colegio representa para los niños la vuelta a la normalidad. Si, es cierto, a una nueva normalidad, que no es la de siempre, pero es la que nos toca vivir.
Cuando nos confinaron, me preguntaban si creía que el confinamiento iba a tener mucho impacto psicológico. Evidentemente todos lo sufrimos, unos lo llevaron peor que otros, pero la situación era de tal alarma que lo aceptamos con resignación, porque era una situación que entendimos como una amenaza para nuestra supervivencia y por ello nos adaptamos.
Pero ya no estamos confinados. Ya no estamos en un estado de alarma. La realidad que vivimos hoy es muy diferente a la situación que tuvimos en primavera. Confinarnos ya no es adaptativo.
Es cierto que todo indica que hemos de tener cuidado con las medidas de protección e higiene, pero también todo indica que podemos empezar a realizar una vida “normal”, y no sólo por evitar las consecuencias económicas.
El aislamiento social tiene graves consecuencias para nuestro bienestar psicológico. El confinamiento ha sido especialmente duro para las personas que estaban solas, pero también para nuestros niños, adolescentes y jóvenes, pues se vieron privados del contacto con sus iguales, un contacto que es esencial para alcanzar un óptimo desarrollo emocional.
Lo normal para los niños es ir al colegio, porque además de aprender, en el colegio desarrollan una parte muy importante de su vida. En el colegio se pone en juego su autonomía y se fomenta su independencia, aprenden a relacionarse con otros adultos y con sus iguales.
No podemos dejar a los niños sin estas experiencias, sin una parte de su vida tan importante. No podemos hacerlo, sin circunstancias lo suficientemente graves como para justificarlo.
Los niños necesitan ser queridos, entendidos, apoyados, respetados, pero también necesitan que sus padres les dejen ser ellos mismos, les dejen diferenciarse y separarse, les permitan poner a prueba sus capacidades, les permitan enfrentarse ellos mismos a las situaciones.
No hay nada más estimulante para los niños que verse ante situaciones que tengan que resolver por ellos mismos. Esto les obliga a pensar, a buscar soluciones, a adquirir criterio propio, a ver las consecuencias de sus decisiones y a responsabilizarse de ellas.
Por lo tanto, tenemos que mandar a los niños al colegio con precauciones, pero sin miedo, sin agobio, sin crear traumas, sin dramas, porque es por su bien.
Así es que, si te agobia mucho la vuelta al cole, te recomiendo que reflexiones sobre lo que el colegio representa para tus hijos y que intentes llevarlos con tranquilidad.
Y también te recomiendo que después, no te pases la tarde termómetro en mano tomándoles permanentemente la temperatura, mirándoles la garganta, preguntándoles cada cinco minutos si se encuentran bien, o si les duele algo, o que no vayas verlos cada vez que por casualidad tosan. Tienen muchas cosas que contarte de sus amigos, de sus profesores nuevos, de las dinámicas que se han establecido en el colegio y están deseando que les prestes atención.
Te lo recomiendo porque al final, la ansiedad puede hacer su aparición y afectarte a ti y a tus hijos, y arruinar la experiencia de la ilusión del inicio de curso.
Recuerda que la mejor forma en la que en estos momentos les podemos proteger, es protegiendo su mundo, sus relaciones, su aprendizaje, protegiendo las oportunidades de enfrentarse a los retos, a los cambios, en definitiva, protegiendo su vida escolar.
Al menos, mientras la realidad no nos demuestre lo contrario.
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