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Foto del escritorÁngeles Barragán Galán

¿Le dejo vestirse como quiera o le obligo a ponerse lo que yo diga?




Estoy segura de que te encontrarás muchísimas veces con este dilema en casa. Lo sé, porque este tema no sólo sale permanentemente en mis talleres con padres, sino que cuando alguna madre o padre pregunta sobre esto en Facebook suele tener unas 300 respuestas. Da igual la edad que tenga tu hijo, 2, 4 o 12 años, da igual si es niño o niña, puedes encontrarte con que cuando vas a ponerle la ropa para salir de casa, dice que eso no le gusta y que no se lo pone. Y claro no das crédito, especialmente si tu hijo o hija es muy pequeño. Le preguntas, pues crees que no has oído bien, “¿cómo? ¿Qué has dicho?, ¿Cómo que no te quieres poner eso para salir?” Pues sí, efectivamente, se niega en rotundo. Se tira al suelo, llora, sale corriendo. No se deja vestir. Da un portazo. Lo que sea para no ponerse lo que le has dicho. Entonces dudas y no sabes qué hacer. Sientes el rechazo y te duele. No sabes lo que es mejor, qué actitud adoptar. No quieres que vaya hecho un estrafalario y que todo el mundo le mire, o peor, te mire a ti por dejarle salir con esas pintas.

¿Qué hago?, te preguntas, le das vueltas a la cabeza: “Igual tengo que obligarle a que me obedezca. Yo mando en mi casa y la ropa se la he comprado yo con mi dinero. Cuando se la compre con su propio dinero, entonces podrá elegir.” “Sí, sí, tengo que ponerle límites, porque quizás si cedo con esto no va a ser capaz de escucharme y respetarme en cuanto sea mayor y tenerme respeto en un futuro. No, de ninguna manera puedo dejar que se salga con la suya”. “Si le dejo hacer lo que quiera y le consiento, voy a criar a un niño/a consentido. Es un caprichoso y no hay más que hablar. Si cedo, ¿Cuándo sea mayor que me va a pedir?” “Seguro que hay alguna estrategia para saber lidiar con estas situaciones. Alguna forma de llevarle a mi terreno sin que se dé cuenta y hacer que se ponga lo que yo quiero. Yo soy el adulto, ¿Cómo no voy a saber cómo hacer con un niño, con un adolescente? “Bueno, a lo mejor no es para tanto que elija su ropa, los niños son pequeños, pero ya saben lo que les gusta y lo que no, pero no sé si será malo dejarle que elija”. “Madre mía, si esto es ahora, no quiero ni pensarlo cuando sea más mayor”. Esto te pasa muchas, muchísimas veces, con la ropa y con otras cosas. Te cansas y te agotas de dar tantas vueltas a las cosas y al final no saber bien cómo actuar. ¿Es bueno obligar? ¿Hay que respetar? ¿Qué pasa con los límites? ¿Y las normas? Claro, porque tú quieres hacerlo bien. Porque la educación ya no es como antes, que los padres hacían, deshacían y punto. Ahora se escucha mucho la importancia de poner límites, de saber comunicarte con tus hijos, se habla de la importancia de la autoestima, de la confianza, de la inteligencia emocional…¡Cuántos conceptos!, ¡¿Qué significan?! Y seguro que piensas que por qué no se enseña todo eso en el colegio, o en la Universidad, o en un Máster, ¡Eso sí sería prepararte para la vida! O como me decía hace unos días mi mejor amiga hablando de nuestros hijos, ”en los cursos prematrimoniales, sí, en los cursos prematrimoniales es dónde se tenía que enseñar todo sobre los hijos”. Porque claro, depende de la opción que tomes las consecuencias van a ser muy diferentes, no sólo a corto plazo, sino a medio y largo plazo también. La relación puede ser fluida o por el contrario estar librando con ellos una batalla permanente que casi te haga pensar que en vez de hijos tienes contrincantes. Y ¿Cómo puedes estar seguro de cuál es la mejor opción? Estarás de acuerdo conmigo qué si conocieras en profundidad cómo es el mundo emocional infantil y adolescente, cómo piensan los niños, qué necesitan para crecer felices y seguros de ellos mismos, sabrías enfrentar perfectamente la situación de la que hablamos. Es más, sabrías cómo dirigirte a ellos y cómo hablarles. Si quieres sentirte bien como padre, como madre, si quieres que las interacciones con tus hijos sean fluidas, fáciles y sencillas, si quieres saber qué es lo mejor para tus hijos y no estar siempre nadando en un mar de dudas, no lo dudes más y hablemos sin compromiso. Esta semana y la que viene tengo abiertas en mi calendario algunas horas para hablar sin compromiso sobre lo que te preocupe de la educación de tus hijos.


Aprovecha ahora, antes de que empiece el curso.




Ángeles Barragán Galán

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